La orquídea o phalaenopsis es una bonita planta que decora nuestros interiores. Su mantenimiento es fácil, solo necesitas conocer unas reglas básicas para mantenerlo saludable por mucho tiempo.

– Ubicación:  La orquídea debe colocarse en un lugar donde la temperatura varíe entre 18° y 20°. Le gusta la humedad pero no el calor. Evite todas las fuentes de calor seco como radiadores y chimeneas. Evite también las corrientes de aire.
A la orquídea le gusta la luz pero no soporta la luz directa del sol, puedes sacarla pero colocándola a la sombra.

– Riego: La orquídea es muy sensible a la piedra caliza. Así que prefiere agua de lluvia o agua mineral. Se debe regar una vez por semana, pero para saber si necesita riego, observa sus raíces a través de la maceta. Si son grisáceos significa que necesita ser regado. Si están verdes, todavía hay suficiente humedad.

– Fertilizante:  limite la cantidad de fertilizante y siga las instrucciones del paquete. Para el crecimiento de las flores, use un fertilizante rico en potasio, y para las hojas, use un fertilizante nitrogenado.

– Trasplante:  Trasplanta tu planta cada 2 años, y elige una maceta más grande de 1 cm de diámetro, porque a diferencia de otras plantas, la orquídea prefiere estar apretada.

No olvides cortar regularmente las raíces secas, poner en la maceta cortezas de pino o corchos y limpiar regularmente las hojas de la orquídea con la ayuda de una esponja húmeda.

Consejo: ¡Opta por una maceta transparente para poder controlar las raíces de tu orquídea!