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Protege tu Jardín con Bicarbonato de Sodio y sus 5 Virtudes

El bicarbonato de sodio es un producto natural reconocido por sus diversos usos. Se puede utilizar en el mantenimiento del hogar para limpiar, desengrasar y desinfectar superficies o para conservar el brillo de la ropa. Este producto passepartout también es popular para cuidar la piel y preservar su juventud. Pero sus usos no se detienen ahí. De hecho, el bicarbonato de sodio también es beneficioso para tus plantas. Descubre qué sucede si rocías tus plantas con una mezcla de agua y bicarbonato de sodio.

Utilizado en el mantenimiento de la casa y la lavandería o para cuidar la piel, el bicarbonato de sodio también tiene varias virtudes para el cuidado de las plantas.

¿Qué sucede cuando las plantas se rocían con una mezcla de agua y bicarbonato de sodio?

cuidar las plantas

Cuidando las plantas – Fuente: spm

El bicarbonato de sodio es un fungicida natural, eficaz en  la lucha preventiva contra los hongos  que causan enfermedades criptogámicas, pero también para tratar las plantas en caso de infección. Para preparar tu fungicida natural, mezcla 4 cucharaditas de bicarbonato de sodio con 4 litros de agua. Transfiera su solución a un spray y  rocíe sobre el follaje de sus plantas,  para limitar la proliferación de hongos. Este tratamiento se puede utilizar para tratar plantas con mildiu u oídio. Estas enfermedades fúngicas prosperan en presencia de humedad y pueden hacer que las plantas se sequen  y marchiten. En caso de infección, actúe rápidamente para evitar la contaminación de otras plantas.

Tenga en cuenta que una sobredosis de bicarbonato de sodio  no acelera el tratamiento de las plantas,  pero quemará el follaje de sus plantas. Por lo tanto, se recomienda no exceder la dosis de una cucharadita de bicarbonato de sodio por litro de agua.

Para que su fungicida natural sea más efectivo, puede agregar aceite a su mezcla. Esto permite que el bicarbonato  se adhiera mejor al follaje de las plantas.  Para ello, mezcla 3 cucharaditas de aceite hortícola o de oliva, con una cucharadita de bicarbonato de sodio en un litro de agua. Rocíe su solución sobre las hojas de sus plantas infestadas  tan pronto como aparezcan los primeros síntomas. Tenga en cuenta que esta mezcla también se puede utilizar  para controlar pulgones y cochinillas  que causan estragos en las plantas.

¿Cuáles son otros usos del bicarbonato de sodio en el jardín?

Además de prevenir y tratar enfermedades fúngicas que pueden afectar a tus plantas, el bicarbonato de sodio tiene otros usos en el jardín. De hecho, se puede utilizar  para desyerbar naturalmente los caminos. Para ello, basta con espolvorear un poco de bicarbonato de sodio sobre las malas hierbas, con el fin de eliminarlas y también evitar que vuelvan a crecer.

Este económico y biodegradable producto también puede  ser utilizado como repelente natural,  para proteger tus plantas de plagas dañinas, como hormigas, cucarachas, babosas e incluso conejos. Para ello, espolvorea el bicarbonato de sodio en la tierra, con  cuidado de que no caiga nada en tus plantas.

Reconocido por sus propiedades desodorantes, el bicarbonato de sodio puede ayudarlo a  desodorizar el compost.  Este último está compuesto por desechos orgánicos y materia mineral, que se destinan  a fertilizar el suelo.  Sin embargo, la maceración de estos residuos provoca malos olores, especialmente en verano. Para evitar este inconveniente, agrega un poco de bicarbonato de sodio a tu compost.

El bicarbonato de sodio también es útil para  estimular el crecimiento de las rosas  y animarlas a florecer. Para ello, mezcla en 4 litros de agua, una cucharadita de bicarbonato de sodio con 5g de sal de Epsom. Este último es eficaz  para estimular el crecimiento de las plantas,  y favorecer su floración o fructificación,  gracias a su contenido en magnesio.  Rocíe este fertilizante líquido sobre sus rosas en primavera, cuando las hojas comiencen a abrirse, y una segunda vez, cuando las rosas comiencen a florecer.

Gracias al bicarbonato de sodio, protegerás a tus plantas de los parásitos y hongos que las asolan, para así asegurar su sano crecimiento y favorecer su floración, sin recurrir a productos químicos.