Hacer tu fertilizante natural y orgánico es gratificante y seguro para el planeta. Descubra 10 recetas de fertilizantes de bricolaje.

los posos de cafe

Los posos de café contienen mucho nitrógeno y fósforo, los cuales son excelentes para el crecimiento de las plantas y especialmente de las hojas.

Se utiliza tal cual incorporándolo al suelo. Se prefiere para plantas verdes de interior y ensaladas en tierra para macetas o plántulas. En flores y árboles frutales, es mejor limitar la aplicación a principios de primavera.

cenizas de madera

Las cenizas de madera son ricas en minerales que son excelentes para enriquecer la tierra y nutrir el suelo. Por el lado del uso, se esparcen directamente sobre el suelo: los nutrientes penetran en el suelo gracias al riego o la lluvia.

Atención, es necesario asegurarse de que las cenizas no sean tratadas. Como barrera contra plagas, se utiliza en capas más gruesas.

estiércol de ortiga

El estiércol de ortiga es un fertilizante natural fácil de obtener y efectivo en plantas, frutas y verduras. Al tener un olor fuerte, debe almacenarse en un recipiente hermético.

Es un abono polivalente que se puede utilizar tanto como abono, como insecticida, o como remedio para determinadas enfermedades en la huerta.

cáscaras de huevo

Las cáscaras de huevo son ricas en calcio, magnesio y potasio.

Para usarlos como fertilizante, simplemente tritúrelos y póngalos en el suelo. A medida que las conchas se descomponen, liberan minerales esenciales para la fertilización. El agua de cocción del huevo, también cargada de minerales, se puede utilizar como agua de riego adicional.

bolsas de té

Las bolsitas de té usadas contienen el carbohidrato, que es un fortificante y estimulante natural para las plantas. Por lo tanto, se pueden utilizar para mejorar la floración de flores y árboles frutales.

En cuanto a su uso, se aconseja sacar la bolsita para recuperar el té del interior y macerarlo en un fondo de agua para aprovechar la mezcla diluyéndola con agua de riego.

Las algas

Las algas marinas, verdes o marrones, como las algas marinas, son ricas en nitrógeno y fósforo: favorecen la absorción de nutrientes por parte de las plantas y aumentan su resistencia a las enfermedades.

Se pueden cortar en pedazos o poner directamente bajo tierra. Se cosechan directamente en la playa o se pueden pedir a través de internet.

compost

El compostador es la solución ideal para tener un abono natural siempre disponible.

Los residuos verdes de la siega y la poda, así como algunos residuos domésticos, constituyen en pocos meses un abono de calidad. Es necesario darle la vuelta al compost de vez en cuando, añadiendo un poco de agua si está seco.

la hierba cortada

Los recortes de césped son un excelente fertilizante rico en minerales esenciales para el crecimiento de las plantas.

Puede esparcirlo directamente sobre el suelo como mantillo o infundirlo en agua.

Esta se recuperará al ser filtrada para ser utilizada para el riego del suelo.

sal de Epsom

La sal de Epsom, también llamada sulfato de magnesio, es rica en magnesio esencial para el crecimiento de las plantas. Para regar las plantas de interior, mezcle 1 cda. de sal de Epsom en 3 litros de agua y regar las plantas 1-2 veces al mes.

Como fertilizante, espolvoree alrededor de una taza de sal de Epsom por parcela de 10 m2. Luego, voltee el suelo antes de plantar o sembrar.

Cáscaras de bananas

Las cáscaras de plátano son ricas en potasio, un nutriente esencial para las plantas que les da hermosos colores.

Para utilizarlo como abono, basta con cortar la piel del plátano en pequeños trozos y colocarlos al pie de las plantas. Cuidado con las mascotas ya que son tóxicas para los perros.